China ha comenzado ya las represalias que prometió después de que Estados Unidos promulgara la semana pasada una ley de apoyo a las protestas en Hong Kong.
A partir de ahora, Pekín prohibirá a los barcos militares estadounidenses que fondeen en el territorio autónomo e impondrá también sanciones a diversas ONG de esa nacionalidad, a las que culpa de haber respaldado “el caos en Hong Kong”.
El presidente de EU, Donald Trump, ratificó el miércoles pasado la Ley De Derechos Humanos y Democracia para Hong Kong, que obliga a Washington a evaluar cada año la situación de las libertades fundamentales en la antigua colonia británica.
AMENAZAS DE PEKÍN
Si encuentra que no se respetan lo suficiente, puede imponer sanciones contra los responsables y retirar al territorio autónomo el estatus comercial preferente que le permite evitar las restricciones que Estados Unidos sí impone a la China continental.
Ya desde que el Congreso aprobó esa medida, Pekín amenazaba con represalias que no había especificado.
La primera andanada no se ha hecho esperar. Este lunes, la portavoz jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores en Pekín, Hua Chunying, ha anunciado que Pekín dejará de tramitar las peticiones de buques militares estadounidenses para fondear en aguas hongkonesas.
NUEVO DETERIORO DE LAS RELACIONES
La portavoz también ha anunciado sanciones contra ONG estadounidenses, aunque no ha precisado exactamente cómo China va a castigarlas. Entre las organizaciones perjudicadas se encontrarán Human Rights Watch, el National Endowment for Democracy y Freedom House.
El anuncio de China marca un nuevo paso en el deterioro de las relaciones entre las dos potencias, en momentos en los que ambas intentan cerrar la primera fase de un acuerdo para cerrar la guerra comercial que mantienen desde hace un año y medio.
De no alcanzarse un consenso antes de esa fecha, el 15 de diciembre, Washington tiene previsto imponer aranceles de un 15% adicional a cerca de productos chinos por un valor de 156.000 millones de dólares.
Pekín ha amenazado con responder con un impuesto similar sobre 75.000 millones de dólares de exportaciones estadounidenses, incluidas las semillas de soja.